La radio en los oídos y el corazón de Luis de la Torres

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Al preguntarle cuál de sus tres especialidades de la radio prefiere, dice que todas, pero muy en secreto todos sus compañeros sabemos que ser realizador de sonido lo apasiona, porque de allí nacen todos los efectos y señales que permiten la comunicación al oyente
La radio en los oídos y el corazón de Luis de la Torres

Por Jesmir Varona Socías/Colaboradora

Febrero, 2024.- Ver e imaginar desde el sonido requiere mucha sensibilidad musical, pero «hay que amar el trabajo para entregar al oyente lo mejor y quedar satisfecho con uno mismo». Eso nos dice un radialista de 43 años de experiencia y gran versatilidad en las especialidades del medio.

Así comienza mi conversación con el realizador de sonido, musicalizador y director de programas de radio, Luis de la Torres Salas, un hombre sencillo con el que he tenido el gusto de trabajar en varias ocasiones y del que tengo los mejores recuerdos de su labor; pues, como me confesó, prefiere los espacios informativos, como yo, y pone el mayor empeño para que la sonoridad de la crónica llegue a emocionar.

Escenario

Fui al estudio donde habitualmente se encuentra, conocido como el Estéreo de Radio Cadena Agramonte. La colega Gleibis Gómez Durba me ayudó en esta encerrona, con la justificación de grabar un reporte para Meridiano; así, entre las dos, lo convencimos para hacerle una crónica y que él mismo pusiera la máquina a grabar nuestro diálogo.

Nos sentamos en aquel estudio donde comencé mi vida de radialista hace 22 años y debo confesar que los dos nos emocionamos mucho, pude verlo en acción en su propio terreno y así, con una conversación diáfana, encontré valores y saberes que voy a compartirles.

Luis de la Torres

Siempre que nos saludamos en un pasillo veo un hombre agradable, sencillo y muy entregado; no estaba equivocada, pero encontré mucho más.

Sus primeros veinte años en el medio transcurrieron en Radio Cubitas, para donde van sus más bellos recuerdos y experiencias. Comenzó allá cuando era una Emisora estudiantil del sistema educacional de becados, para niveles de secundaria y preuniversitario.

Los círculos de interés de jóvenes tributaban a diferentes programas, que con sus propias voces hacían radio, periodismo y dirección. Nos cuenta Luis que sólo había realizadores de sonido y locutores profesionales, quienes ejercían como una suerte de instructores, pero el tema y el contenido lo proponían los estudiantes desde sus escuelas; era una experiencia muy enriquecedora y generaba emulación y propuestas muy creativas.

De allí atesora premios y distinciones de festivales provinciales y nacionales, además de resultar mejor trabajador y vanguardia nacional por varios años. Otros lauros llegaron después, como lo son el Micrófono de la Radio Cubana y La medalla Raúl Gómez García, entre otros.

Luego, en 1990, estudió la Licenciatura en Dirección de Medios de Comunicación en la Universidad de Holguín y empezó a dirigir algunos espacios. A comienzos de la primera década de este siglo vino para la radio provincial, en la que lleva 23 años.

Actualmente, además de grabar y editar los trabajos periodísticos del informativo de la planta matriz, dirige la revista Camagüey al Día y el espacio Mundo Deportivo.

Preferencias

Al preguntarle cuál de sus tres especialidades de la radio prefiere, dice que todas, pero muy en secreto todos sus compañeros sabemos que ser realizador de sonido lo apasiona, porque de allí nacen todos los efectos y señales que permiten la comunicación al oyente; sin sonoridad no hay radiodifusión, es el llamado “sonido para ver”.

A Luis de la Torres podemos definirlo como un hombre radio, pues hace casi de todo, y digo casi, porque es conversador en el estudio, pero no mucho delante de un micrófono. Sin embargo, estoy satisfecha por haber logrado este diálogo tan fluido para mi crónica y, además, tener el honor de que editara él mismo las voces para mi versión radial.

De salida

Ha sido una mañana muy agradable. Sin darnos cuenta entre risas y recuerdos ya es casi mediodía, con una mezcla de emociones que se me agolpan, por estar en ese sitio tan singular, rodeada de amigos de aquellos días aún activos en el medio, los dejo grabando el reporte de Gleibis; de paso logro verlo en acción para tomar una foto.

Al despedirme le pregunto a mi homenajeado: ¿puedo decir Luis, que la radio es para ti como tus oídos?

Entonces se quita la gorra y con un gesto de reflexión la deja caer, me mira a los ojos y con un brillo de felicidad asegura… son mis oídos, la vista y el corazón.