Entre el activismo y el hogar, transcurre la vida de Kiko y Darlin; a cada día le suman esperanzas y sueños, como el de convertirse en padres mediante la vía de la adopción o los procederes médicos para ajustar el cuerpo al dueño
Texto y fotos: Diosmel Galano Oliver/Radio Camagüey
Camagüey, Cuba, 17 may.- Esta será un relato de amores, de flechazos a primera vista, de incomprensiones superadas y de lucha constante para ser, sencillamente ser feliz.
Kiko y Darlin son marido y mujer desde el último 14 de febrero, después de dos años de relación decidieron dar el paso, o mejor dicho finalmente pudieron hacerlo pues sólo con la aprobación del nuevo Código de las Familias fue posible que personas del mismo sexo contrajeran matrimonio.
UN POCO ANTES
Hace algunas jornadas los conocí en el Café Literario La Comarca, en la ciudad de Camagüey, donde llegaron varios activistas y representantes de las diferentes redes de lesbianas, gay, bisexuales, transexuales e intersexuales, pues en estos días de mayo -desde hace 16 años- se realizan en Cuba las Jornadas contra la Homofobia y la Transfobia.
Ambos superaron los nervios para compartir con esa sociedad que durante años los limitó, y aún hoy los censura de diferentes maneras, sus vivencias, esas en las que triunfó el amor por encima de las incomprensiones.
Él supo desde pequeño que era niño pero aguantó por las arcaicas ideas que lo rodeaban, hasta que a los 18 años se sinceró con la familia. Ella dice que lo suyo con Kiko fue amor a primera vista y que las tensiones del principio en el hogar dieron paso al sueño de tenerlo a su lado.
Esa unión legal que para muchas parejas resulta desde tiempos remotos un trámite más, desde septiembre último resulta un logra anhelado de miles de personas que en la mayor de Las Antillas encontraron vital cobijo con el Código de las Familias.
“Estoy casado, algo que pensaba imposible, gracias al Comandante, a Mariela Castro, a Malú, a Yoilán y a todos los que contribuyeron a la concreción de la ley; y aunque el amor es el mismo pasamos de ser una relación a esposos ante los ojos de las personas y de Dios”.
TRANSCUBA EN CAMAGÜEY
Son 19 los transexuales masculinos del territorio y Kiko es quien los lidera en ese propósito de visibilizar demandas y necesidades. Cuentan con el apoyo de las instituciones pero no todo está al 100 por ciento. “La mayor necesidad que tenemos es ser reconocidos como hombres porque no somos mujeres, como red apoyamos a quienes presentan problemas en el ámbito familiar o laboral porque persisten incomprensiones.
Ahora mismo atendemos a una pareja que están sin empleo porque una persona no les permite trabajar como mariachis vestidos de hombres, es uno de los que aún no comprende las leyes que nos amparan, entre ellas el Código de Trabajo y la Constitución”.
Y así, entre el activismo y el hogar, transcurre la vida de Kiko y Darlin; a cada día le suman esperanzas y sueños, como el de convertirse en padres mediante la vía de la adopción o los procederes médicos para ajustar el cuerpo al dueño.
Entonces me regalan una sonrisa de alivio cuando se detiene la grabación y abrazados posan ante la cámara para que en Camagüey y más allá conozcan de su amor, de sus victorias.