La Operación Streaming responde a una línea estratégica de los servicios de inteligencia estadounidenses contra la Revolución, para lo cual destinan, anualmente, millones de dólares
La Habana, Cuba, 1ro feb.- Nuevas informaciones sacan a la luz la Operación Streaming, una reciente creación de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, con el objetivo de manipular acontecimientos y figuras de la historia de Cuba.
En el centro del entramado subversivo se encuentra la desgastada contrarrevolucionaria Rosa María Payá, ansiosa de recuperar notoriedad tras los numerosos fracasos que ya se acumulan sobre su espalda. Por medio de nexos con funcionarios del gobierno neoliberal de Javier Milei, en Argentina, pretenden establecer en ese país una nueva base para operar contra Cuba.
La primera campaña mediática, desde la nueva locación, apuntará hacia la deformación de lo ocurrido en torno a la tragedia del remolcador 13 de marzo. Otros temas de interés serán la muerte de figuras históricas como Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, la Limpia del Escambray, Playa Girón, el internacionalismo cubano en África y nuestras misiones médicas en el mundo, por solo citar algunos ejemplos.
Las principales fuentes de contenido desinformativo serán las universidades de la Florida y de Miami, la Voz de las Américas, archivos del Departamento de Estado de EE.UU., Radio y TV Martí, así como el panfletario Instituto de la Memoria Histórica contra el Totalitarismo, bajo el ala del contrarrevolucionario Pedro Corso.
Para su ejecución, cuentan con un estudio de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) sobre prácticas de consumo de este tipo de contenidos por jóvenes de la Isla, principales destinatarios de la oleada subversiva.
Ramón Saúl Sánchez, otro desgastado personaje anticubano, asesorará directamente la tentativa de agresión. El terrorista Orlando Gutiérrez Boronat también estuvo presente en la reunión organizativa, pero no se integrará esta vez a la intentona, pues se encuentra abocado a la generación de acciones clandestinas en la Isla, con el objetivo de generar un estallido social a través del caos y la violencia.
El financiamiento de la operación correrá a cargo del Departamento de Estado de EE.UU. y de la Organización de Estados Americanos. Otras fuentes de dinero serían gobiernos europeos afines a intereses de la administración norteña y la recién electa presidencia argentina.
La nación sudamericana también acogerá planes de becas y preparaciones para cubanos que los servicios de inteligencia yanquis pretendan utilizar en el futuro como operadores políticos contra la isla caribeña. Se trata de una práctica usual en el contexto de la subversión política contra nuestro país, consistente en utilizar supuestos programas de intercambio académico para fabricar líderes artificiales que promuevan el cambio de sistema sociopolítico.
Este tipo de proyectos forma parte de la guerra no convencional y cognitiva contra el pueblo cubano. Busca atacar los cimientos históricos de la gesta independentista, de la cual el triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959 constituyó un glorioso hito.
La tergiversación de la historia de los Estados en los que centran sus ataques es uno de los componentes básicos de las revoluciones de colores. Por lo tanto, la Operación Streaming responde a una línea estratégica de los servicios de inteligencia estadounidenses contra la Revolución, para lo cual destinan, anualmente, millones de dólares.
(Razones de Cuba)