«Antes los pueblos luchaban y luchan todavía con honor por un mundo mejor y más justo, pero hoy tienen que luchar, además, y sin alternativa posible, por la propia supervivencia de la especie»
Por Diosmel Galano Oliver/Radio Camagüey
Enero, 2023.- «Soñar con cosas imposibles se llama utopía; luchar por objetivos no sólo alcanzables, sino imprescindibles para la supervivencia de la especie, se llama realismo».
Estas palabras fueron expresadas el 3 de enero de 2004 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz; tras 45 años de la victoria revolucionaria, una utopía llevada a la realidad, se pasaba revisión a años de construir una nueva sociedad mientras se extendía la mirada hacia un futuro glorioso pero en el que no faltarían los obstáculos.
El nuevo milenio apenas arrancaba, en una nación que se podía alegrar de ser protagonista de uno de los sucesos más importantes del siglo XX se imponía consolidar conquistas como el acceso universal y gratuito a la educación y a la salud, a la vez que era imperativo engranar la economía socialista.
Y aunque el bienestar de los millones de habitantes de la mayor de las Antillas resultaba el principal motivo de impulso, también se contaban las ideas de personas que construyeron el camino hacia la soberanía de la nación, dentro y fuera de la Isla, el ideal que representaba para otros tantos en todo el orbe.
Por eso Fidel expresó: «Debo darle razón a Marx cuando esbozó la idea de que cuando existiera sobre la tierra un régimen social verdaderamente racional, justo y equitativo, el ser humano habría salido de la prehistoria».
Ese pensamiento sobre la evolución de la especie sería retomado en el año 2010 en una de sus reflexiones. «Antes los pueblos luchaban y luchan todavía con honor por un mundo mejor y más justo, pero hoy tienen que luchar, además, y sin alternativa posible, por la propia supervivencia de la especie».
La guía del líder histórico de la Revolución resulta una de las principales fortalezas para el proceso cubano, cuando ya se cuentan 65 años del luminoso primer día de 1959 se mantiene su obra y ejemplo como faro para navegar entre los retos impuestos por el constante asedio del gobierno norteamericano y el convulso mapa de la geopolítica internacional.