La muestra central evidenció la prolífica cantera de autores que en la academia o recién egresados de esta exploran las múltiples variantes de la creación
Camagüey, Cuba, 13 feb.- «Por el monumental tratamiento de lo pictórico en una pieza de carácter reflexivo y filosófico, donde discursa sobre la naturaleza del ser humano y su depredación», el jurado decidió otorgar el gran premio del XXXIV Salón de la Ciudad a la pieza Origen del entropismo, de Edel Fonseca.
El colectivo que integraron reconocidos especialistas de las artes visuales y creadores decidió otorgar el lauro de adquisición a la joven Esther Licor, al referir que en la serie Reflejo voluntario logra un sugerente tratamiento del grabado mientras «reflexiona sobre la enfermedad, la muerte y la sanación, en estrecho vínculo con el cuerpo femenino, lo instalativo y los atmosférico».
El primer lugar resultó Anatomía del tiempo, de Ismael Olazábal; en la segunda posición Estribo de las masas, de Frank Abdel Hidalgo; y en el tercer puesto ¿Cuál percepción?, de César Daniel Sánchez.
También se confirieron menciones en igualdad de condiciones a las obras Shoping Spree II, de Diego Olazábal Valdés; A medio camino, de Gabriela Gallo Harrison; Homogéneo, de Alberto Guerra Pérez; Conflagración dentro del patrón de Jonathan, de Gabriel Galiano Francisco; y Malde, de Marah Góngora.
El XXXIV Salón de la Ciudad se caracterizó por la amplia participación de piezas y del abanico temático, la calidad estética y formal de las obras, la actualidad en los lenguajes de los creadores, la profundidad conceptual y la articulación del evento en torno a una línea curatorial específica.
En su espacio habitual de la Galería de Arte Universal Alejo Carpentier, la muestra central evidenció la prolífica cantera de autores que en la academia o recién egresados de esta exploran las múltiples variantes de la creación; además, contó con varias exposiciones colaterales y proyectos comerciales.
Texto y fotos: Diosmel Galano Oliver/Radio Camagüey