Tesoros descubiertos por los siglos

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Lo reseñado aquí es una pálida imagen de los tesoros que la ciudad guarda con celo, pero las páginas del imaginario libro están abiertas para que conozca mucho más de porque a Camagüey, la llaman la Ciudad de los Tinajones y de las Iglesias, el surgimiento de la tradición del ajiaco y de las fiestas de San Juan nacidas entre 1725 y 1728
Tesoros descubiertos por los siglos

Febrero, 2024.- Que levante las manos el primer camagüeyano que conoce minuciosamente todos los tesoros descubiertos por los siglos en la otrora Santa María del Puerto del Príncipe, a las puertas de cumplirse los 510 años de fundada esta hermosa ciudad calificada por el Poeta Nacional, Nicolás Guillén, como «suave comarca de pastores y sombreros».

Me atrevo a decirlo: muy pocos alzarían los brazos; sin embargo, los tesoros están allí, incólumes, a la espera de que sus hijos, turistas nacionales y foráneos los aprecien en toda su dimensión, desde una perspectiva de adueñarse de conocimientos que hacen más fuertes la enriquecedora cultura de los pueblos.

Valga ese sentido del aprendizaje, de poder responder cuando alguien pregunte sobre determinadas características de esos valores, no encogerse de hombros y en cambio decir: ¿Qué desea saber de la Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad?

En ese punto uno de los más publicitados en fotografías en revistas, periódicos y en otros repositorios, confluyen las calles Ignacio Agramonte, por un lateral, República, por el frente y más perpendicular, Maceo con su zona peatonal y una de las reliquias de la hotelería local: El Gran Hotel.

La revisión de apuntes lleva a definir que en 1697 se construyó la ermita de Nuestra Señora de la Soledad con una arquitectura que suele distinguir a Camagüey, no solo en este, sino en otros espacios, declarados por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La ermita fue erigida en parroquia por el Obispo de Cuba, Diego Evelino de Compostela, en 1701 y 32 años después, comenzó a reconstruirse la iglesia con una sola nave con ladrillo y tejas, donde la imagen de la virgen atraía la devoción popular en las procesiones del jueves santo, y cuyo origen se asocia a una de las más famosas leyendas camagüeyanas.

Ya en 1776 el templo actual está concluido, con su planta rectangular, conformada por tres naves, coro alto sobre la entrada principal, nave y presbiterio de techos de artesón y mudéjar

Como suele suceder este cuerpo original pudo haberse ampliado con el tiempo y dio como resultado el templo actual concluido en 1776, de planta rectangular con tres naves, coro alto sobre la entrada principal, nave y presbiterio de techos de artesón mudéjar.

Mientras la nave transversal que cruza la principal, se hallan: una cúpula y bóvedas de ladrillo, considerada por los expertos como  una combinación inusual, no repetida en otras iglesias del país.

La torre colocada en el lateral izquierdo de la fachada principal es un macizo volumen de cinco cuerpos de diferentes dimensiones, coronada por un gran pináculo octogonal de forma piramidal; su silueta es observable como la de la parroquial desde casi toda la ciudad.

La ornamentación interior, según una publicación consultada, estuvo basada en la pintura mural con motivos florales en los pilares, los arcos y muros de la nave central, así como en la cúpula, decorada con una simulación de casetones a semejanza del Panteón romano, con pechinas en las cuales se representaban los símbolos de los cuatro evangelistas.

¿Interesante verdad? En el siglo XIX en este lugar de vocación religiosa, fueron bautizadas personalidades relevantes de la historia y la cultura de Cuba como la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carmen Zayas Bazán -esposa de José Martí- e Ignacio Agramonte Loynaz, Mayor General del Ejército Libertador, quien también contrajo matrimonio en este lugar con Amalia Simoni Argilagos.

Lo reseñado hasta aquí es una pálida imagen de los tesoros que la ciudad guarda con celo, pero las páginas del imaginario libro están abiertas para que conozca mucho más de porque a Camagüey, la llaman la Ciudad de los Tinajones y de las Iglesias, el surgimiento de la tradición del ajiaco y de las fiestas de San Juan nacidas entre 1725 y 1728.

O sobre Espejo de Paciencia, poema escrito en fecha tan temprana como 1608 por Silvestre de Balboa, escribano del cabildo de Santa María del Puerto del Príncipe, considerado como la primera obra literaria cubana, y de esa hermosa casona a unos pasos de la Plaza de los Trabajadores, donde nació el patricio camagüeyano, Ignacio Agramonte Loynaz.

(Adelante)