En una primera etapa se emprenderá la ubicación de seis de depósitos en la Comercializadora de Nuevitas, cuyas gestiones de compra y de importación están en marcha
Camagüey, Cuba, 7 abr.- Un nuevo proceso inversionista, dirigido a incrementar los niveles de recepción y a lograr una mejor distribución hacia los diferentes destinos, tiene lugar en la Empresa de Aceites y Grasas Comestibles, de esta provincia.
Para materializar su objeto social, la entidad cuenta con dos unidades: una ubicada en la cabecera provincial, encargada de envasar el producto en bolsas de 500 mililitros y en formato de bidones de cuatro, cinco y 20 litros, y otra en Nuevitas, que es la receptora del aceite de importación a través de buques.
En esa última demarcación se localiza el mayor depósito de aceite refino de soya del país, el cual disponía de cinco tanques con capacidad para 17 mil toneladas, pero el deterioro progresivo de los recipientes obligó a demoler tres de ellos, lo que redujo las posibilidades actuales de almacenamiento.
“Ante tal situación, ha sido aprobada por el Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria una inversión que prevé la instalación de 15 tanques de mil cien toneladas de aceite cada uno, confeccionados a partir de fibra de vidrio”, explica la directora general de la empresa, Indira Contreras Morales.
En una primera etapa se emprenderá la ubicación de seis de estos depósitos en la Comercializadora de Nuevitas, cuyas gestiones de compra y de importación están en marcha, y mientras ello ocurre se avanza en la construcción de la plataforma donde se asentarán los tanques y de la cerca perimetral.
“La obra, afirma Contreras Morales, permitirá cumplir con mayor eficiencia y prontitud la encomienda de la atención integral de las provincias, desde Cienfuegos hasta Las Tunas, misión que incluye el envío de aceite comestible a granel a los territorios asignados a través de ferrocisternas”.
Leer también: Avanza proceso inversionista en estación de bombeo de la presa Máximo
Dentro de Camagüey, aclara la directora general, el alimento se distribuye mensualmente, bodega a bodega, con el empleo de transporte automotor, una operación que puede verse entorpecida o dilatada en el tiempo por las roturas de los vehículos, la falta de piezas o la escasez de combustible.
Similares a la de Camagüey son las tareas de las plantas de Santiago de Cuba y La Habana, para conformar un sistema que sea capaz de cubrir, a instancia nacional, las necesidades de la canasta básica y del llamado consumo social, además de responder, en lo posible, a las demandas del mercado interno en divisas.
“Todo ello pasa, asegura Contreras Morales, por los mismos contratiempos que atraviesa la economía nacional en materia de financiamiento, de contratación con los proveedores y de arribo oportuno de los barcos, lo que incide en la existencia de un déficit de aceite que no permite satisfacer las necesidades del país”.
(Granma Digital)