La historia de Corrie ten Boom es la de una mujer común que hizo cosas extraordinarias, su magnífica obra ayuda a despertar de la negación y la indiferencia ante los hechos que se producen en el mundo
Por Diosmel Galano Oliver/Radio Camagüey
Diciembre, 2023.- Por estos días tuve la oportunidad de terminar de leer un libro que desde octubre me acompañaba en el teléfono móvil, entre el trabajo y otras distracciones demoró la conclusión de La bailarina de Auschwitz, testimonio de una sobreviviente del campo de concentración nazi.
Tras años de batallar contra la huella dejada por los horrores que trajo para la población judía la Segunda Guerra Mundial, Edith Eger, radicada en Estados Unidos y doctorada en Psicología, pudo compartir con la humanidad una historia que logra tocar a quienes llegan hasta el punto final.
Entre los tantos nombres plasmados en el texto llamó mi atención el de Corrie ten Boom (1892-1983), quien dirigió un movimiento de resistencia y salvaron muchas vidas durante la ocupación nazi de Holanda, sin violencia de por medio, de acuerdo con sus principios y fe cristiana.
Ella también lleva el mérito de ser la primera mujer relojera en la nación europea, y cuando el régimen nacionalsocialista desató una implacable persecución de los judíos convirtió el hogar familiar en refugio.
Para algunos el inmueble funcionó como un lugar de espera y tránsito hacia otros lugares seguros, en otras las personas se quedaban durante meses hasta que lograban partir.
De forma gradual creció la red, de unas ochenta personas, liderada por Corrie. El grupo Beje (nombre comercial de la relojería), facilitaba otras casas que pudieran dar asilo a la gente, estimándose que de esa forma salvó la vida de unos 800 judíos, además de numerosos integrantes de la resistencia holandesa y estudiantes que eran perseguidos porque rehusaban colaborar con los nazis.
Debido a una delación, en el año 1944, fue apresada junto a su familia. Pasó por tres prisiones diferentes durante los siguientes diez meses, hasta que fue enviada, junto a su hermana Betsie, al campo de concentración de Ravensbrück, cerca de Berlín, en Alemania.
Allí soportaría diversas privaciones, supo de la muerte de cuatro miembros de la familia ten Boom y resultó testigo directo de las inhumanas acciones que promovía el fascismo. Pero el destino, o Dios, obraron el milagro de devolverla viva a la libertad.
”Dios nos dio el amor para ser capaces de perdonar a nuestros enemigos”, dijo en varias oportunidades, por lo que tras el fin de la guerra fundó una casa de convalecencia en Bloemendal, destinada a la curación y el reposo de los sobrevivientes.
La historia de Corrie ten Boom es la de una mujer común que hizo cosas extraordinarias, su magnífica obra ayuda a despertar de la negación y la indiferencia ante los hechos que se producen en el mundo, sucesos como los que ponen fin por estos días miles de vidas inocentes cuando las bombas y el odio están ensañados contra el pueblo palestino.