“Ya arde la sangre. Ahora hay que dar respeto, sentido humano y amable al sacrificio”.
Por Dailuma Alejandra Álvarez Martínez/estudiante de Periodismo
Abril, 2023.- “Eran seis hombres solamente, por estas costas, fue una proeza extraordinaria y este lugar es sagrado”, expresaba el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz acerca de uno de los sucesos imprescindibles dentro del devenir nacional.
Así son las páginas de la historia de Cuba, llenas de heroísmo, amor a la Patria, respeto a los valores y principios.
El 11 de abril de 1895 José Martí, delegando del Partido Revolucionario Cubano, y el Generalísimo Máximo Gómez Báez, en una noche tormentosa desembarcan en la recóndita Playita de Cajobabo, al sur de Guantánamo, con el fin de incorporarse a la campaña libertaria iniciada el 24 de febrero del mismo año.
Al respecto escribiría en su diario de campaña el Apóstol de la Independencia:
“Bajan el bote. Llueve grueso al arrancar. Rumbamos mal. Ideas diversas y revueltas en el bote. Más chubascos. El timón se pierde. Fijamos rumbo”.
En las cercanías de Playita de Cajobabo vivía el alcalde del barrio, el señor Leyva, junto a su familia, entre ellos su hijo Salustiano, quien fue el último guantanamero testigo presencial del arribo de Martí, Gómez y los demás expedicionarios.
Después de estar recuperados de la travesía marítima tomaron Practico, estos empezaron el viaje para tratar de contactar con los amigos insurrectos de la causa revolucionaria.
Martí había trabajado con visible ardor y entrega, no sólo en la creación de un modélico Partido, también en otras múltiples vertientes que debían llevar a la unidad de las fuerzas y sectores independentistas de la Isla.
Estaban en Cuba los tres principales jefes de la Guerra Necesaria, José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. El Maestro escribía en su diario de campaña:
“Ya arde la sangre. Ahora hay que dar respeto, sentido humano y amable al sacrificio”.
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