La huelga del 9 de abril y los radialistas camagüeyanos

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Imagen antigua de Camagüey
Fotos: Internet

Abril, 2023.- El 26 de marzo de 1958 el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz hacía el siguiente llamado desde la Sierra Maestra:

“Todos los trabajadores cubanos, cualquiera que sea su militancia política o revolucionaria, tienen derecho a integrar los comités de huelga en los centros de trabajo. El Frente Obrero Nacional no es un organismo sectario, se ideó como instrumento contra la dictadura. La dirección del FONU coordinará sus esfuerzos con las secciones obreras de las organizaciones políticas y revolucionarias que combaten contra el régimen y con todos los núcleos organizados que luchan por las reivindicaciones económicas y políticas de su clase, para que ningún trabajador quede desvinculado del patriótico esfuerzo”.

El máximo líder de la Revolución Cubana ponía énfasis en la necesaria participación de todos los trabajadores, y junto al llamado general, cursaba órdenes a los comandantes y jefes de los frentes guerrilleros para que desplegaran acciones de respaldo a dicha huelga.

Es así que el 9 de abril de 1958, a las 11:00 de la mañana, numerosas estaciones radiales de todo el país interrumpieron sus programaciones habituales para difundir el llamamiento a la huelga.

Tras la alerta de combate se lanzaron a la calle numerosos integrantes de las milicias urbanas ansiosos de enfrentarse cara a cara con las hordas representantes de la tiranía; el hecho fue un derroche de coraje y fervor revolucionario que estremeció muchas ciudades, en las que hubo paros laborales y enfrentamientos violentos. En la provincia sobresalieron las acciones en los municipios de Camagüey y de Minas.

Pepín Bueno en Radio CAmagüey

En la tierra de El Mayor fue escogida Radio Camagüey para divulgar el comienzo de la insurrección. Se realizó con todo el sigilo posible para no levantar sospechas, en un circuito cerrado sonaba la pista Nena, de la cantante española Sarita Montiel, para que el policía en la cabina no escuchara el llamado.

A tono con aquel contexto, los camagüeyanos no permanecieron a la expectativa. Con el decoro de mambises ilustres como Ignacio Agramonte, Salvador Cisneros, Francisco Agüero, Ignacio Mora de la Pera, entre otros, salieron de las casas a enrolarse en las protestas. Secundaron la lucha justa contra los opresores determinados a vencer al igual que los próceres de las contiendas independentistas.

Las milicias urbanas, los obreros y las juventudes transformaron a la ciudad cabecera y a Minas en un hervidero de consignas y embistes continuos a las fuerzas de la dictadura.

“Cuba no tiene miedo, (…) Cuba es todo honor (…), Cuba no podrá volver a ser oprimida ni por nada ni por nadie, Cuba tiene hoy un pueblo que la defiende y un pueblo con millones de cubanos dispuestos a dar su vida por la Revolución”, dijo Fidel el 12 de abril de 1959 en Camagüey, ante el campesinado.

La confiable comarca de pastores y sombreros, como llamara a la región el Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén, y la sangre derramada en la Huelga General del 9 de abril es la prueba misma del amor por la soberanía y la tierra en que nacimos.

(Redacción Digital)

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