Promueven desde Camagüey el cuidado del riñón

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Foto: Periódico Escambray

Camagüey, Cuba, 9 mar.- La enfermedad renal crónica es generalmente silente, por lo que proteger el riñón requiere cuidado y un permanente pesquisaje de la población con mayor riesgo, comentó el doctor Leonardo Curbelo Rodríguez, jefe del programa de Nefrología en Camagüey, a propósito de celebrarse hoy el Día Mundial del mencionado órgano.

“El envejecimiento y la predisposición hereditaria son factores no modificables que pueden generar este tipo de afecciones; sin embargo, otros son evitables, como la obesidad, el tabaquismo, el  exceso de sal, de alimentos ricos en ácido úrico (por ejemplo el té negro o los mariscos) y el consumo prolongado de plantas como la fruta estrellada de la que muchas personas hacen refrescos”, aclaró el especialista.

También precisó que atenta contra el bienestar del riñón la escasa ingestión de líquidos, la glicemia alta de forma mantenida, someterse a largas caminatas y períodos al sol, o el abuso de fármacos como los antinflamatorios no esteroideos, que incluyen el ibuprofeno, el piroxicam y otros de uso común.

La hipertensión, apuntó, es esencial para identificar posibles enfermedades renales pues vienen aparejadas en muchas ocasiones, y señaló que en tales casos y en los adultos mayores es decisivo el pesquisaje que debe hacerse desde los consultorios del médico de la familia, lo cual demanda una disponibilidad de recursos para hacer los estudios con las poblaciones más vulnerables.

De igual forma, desde la atención primaria los especialistas deben orientar y vigilar comportamientos de estrés, cálculos en los riñones o a aquellas personas que por su trabajo se someten habitualmente a sustancias tóxicas.

Asimismo, Curbelo sugirió que en caso de señales que pueden o no aparecer es necesario acudir al facultativo con inmediatez, pues procesos inminentes como la hemodiálisis requieren una  preparación sicológica y física, de ahí que la mayoría de los pacientes que no sobreviven con ese método, lo hacen en los primeros seis meses de aplicarlo.

“Se debe vacunar al paciente, procurar hacer una fístula en el brazo en lugar de poner un catéter, pues es menos agresivo para el organismo y evita el riesgo de infección en la sangre -explicó- pero la fístula luego de hecha debe esperar tres meses para que madure antes de usarla”.

Por eso aseguró que una orina con espuma o con menos volumen del normal, el dolor lumbar, el cólico nefrítico, orinar la sangre o una repentina hipertensión son suficientes para buscar ayuda de inmediato, ya que pueden significar un mal funcionamiento de riñón, órgano en cuyo cuidado enfatiza el mundo cada 9 de marzo.

(Radio Cadena Agramonte)