Washington, 21 nov.- El Departamento de Justicia estadounidense (DOJ) parece hoy estar en cuenta regresiva para decidir si lanzará una acusación contra el expresidente Donald Trump (2017-2021), centro de dos investigaciones y quien anunció que competirá por la Casa Blanca.
En particular, la agencia tiene bajo escrutinio los intentos del republicano de permanecer en el poder después de perder en las elecciones de 2020 y el supuesto manejo criminal de registros clasificados del Gobierno almacenados en su mansión Mar-a-Lago, a más de un año de abandonar el Despacho Oval. Como indican analistas, presentar cargos contra un exmandatario sería una decisión sin precedentes para el DOJ, que probablemente quiera iniciar un enjuiciamiento antes del ciclo electoral de 2024.
En agosto pasado, cuando el Buró Federal de Investigaciones hizo la requisa en la residencia de Trump, el fiscal general Merrick Garland dejó clara su intención de “aplicar la ley de manera uniforme, sin temor ni favoritismo”.
De acuerdo con un artículo en el diario The Hill, hay pruebas suficientes para presentar cargos contra el expresidente.
Así lo destacaron en informes veteranos y las principales mentes legales después de una evaluación sobre la indagación en Georgia que examina las acciones de Trump en el estado antes del 6 de enero de 2021, con énfasis en si su negación del resultado tras perder allí las comicios se convirtió en delito.
Para el abogado Norm Eisen, Trump enfrenta muchos más problemas legales, además de la investigación de Georgia, en la cual evidencias resaltan una llamada del exmandatario al secretario de Estado, Brad Raffensperger, para pedirle que “encontrara” 11 mil 780 votos.
Mencionó también la investigación federal respecto a los archivos hallados en su residencia, que son “el riesgo legal más amenazante”.
A juicio de los expertos, entre los delitos que pudo haber cometido Trump aparecen la solicitud para cometer fraude electoral, violaciones de las leyes RICO (con penas contra la extorsión), de espionaje y obstrucción de la justicia.
Los especialistas determinaron “que existe un fuerte precedente para que el DOJ acuse al exgobernante” y concluyeron que, de no ser procesado, sería una desviación importante.
Luego de un período relativamente tranquilo para el DOJ en las semanas previas a las elecciones de medio término del 8 de noviembre, Garland anunció el viernes pasado que entregará sus investigaciones sobre el magnate a un fiscal especial, Jack Smith.
Para The Hill, el escrutinio del Departamento seguramente continuará en los próximos meses, con un caso paralizado por la designación de un maestro especial que revise antes los archivos, a petición del republicano.
Por su parte, Trump niega haber actuado mal, sugirió que la designación de un abogado especial tenía motivaciones políticas y rechazó colaborar con las investigaciones, además de arremeter contra el DOJ y el FBI.
(Prensa Latina)