Ignacio y Amalia: Historia de amor develada por un epistolario

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El mérito de revelar una arista íntima de la vida familiar entre Amalia e Ignacio, se debe a la pluma de Aurelia Castillo

Amalia Simoni e Ignacio Agramonte

Abril, 2023.- Los testimonios de amor marcan la Historia de Cuba, en especial durante las luchas por la independencia. ¿Cómo olvidar que Ana Betancourt, la mambisa que llamó tempranamente a reconocer la igualdad de la mujer, arroja de su lado el 9 de julio de 1871 en los campos insurrectos a Ignacio Mora para evitar su detención? Aquella fue la despedida del matrimonio. Ella apresada debe marchar al exilio, y él fue fusilado cuatro años más tarde.

Por otra parte, Concepción Agramonte, esposa y compañera de luchas de Francisco Sánchez Betancourt, acompaña a su familia a la manigua, pone a disposición de los insurrectos su humilde hogar en Guáimaro durante la Asamblea Constituyentista y quema su casa antes de ser tomado el pueblo por los españoles.

Otros amores en condiciones difíciles surcaron la memoria del Camagüey, pero ninguno ha trascendido casi de forma mística y legendaria como el de Ignacio Agramonte y Amalia Simoni, pareja que sostuvo desde el noviazgo y hasta la muerte de El Mayor un epistolario intenso.

El epistolario entre Amalia Simoni e Ignacio Agramonte

Las epístolas encontradas de la pareja hasta la actualidad son 123, la mayoría (76) corresponden al noviazgo; mientras los 47 restantes, al periodo de la guerra. Lamentablemente, solo una corresponde a Amalia. El enigma de ello ha devenido en respuestas inciertas hasta el presente.

Sin embargo, las cartas que existen son testimonios de una historia de amor sublime marcada por la entrega, la comprensión, la nostalgia y el patriotismo. Se erige el novio, esposo y padre, aristas poco conocidas de Ignacio Agramonte, que se conjugan con la postura del estratega militar y civilista, de uno de los paradigmas de la Revolución de 1868.

Desde el inicio, las misivas transmiten romance y amor inmensurable: «Adorada Amalia mía», «Adorada esposa mía», «Ángel mío adorado». Las despedidas -«no importa lo cruento que sea el entorno de la guerra»- también están llenas de ternura y pasión. «Te idolatra ciegamente tu esposo», «Cuídate muchísimo; no olvides que eres el delirio único de tu Ignacio», «Con delirio te ama tu Ignacio» entre otras formas tiernas están presentes en los mensajes.

En la correspondencia de abril de 1869 el militar confiesa a su esposa: «Acaso pasen algunos días sin que nos veamos: estas ausencias son los resultados más sensibles para mí de la revolución […] yo no puedo experimentar una dicha completa sino a tu lado, yo no puedo vivir, sino junto a ti».

El esposo y padre de familia escribiría el 19 de noviembre de 1872: «A Ernesto y Herminia háblales con frecuencia de su papá, educa y forma sus corazones tiernos a semejanza del tuyo; que cuando encuentre en ellos tu retrato y tu alma, mi cariño y mi satisfacción no tendrán límites, dales un millón de besos».

¿Cuáles fueron los primeros momentos en que las misivas salen a la luz?

El mérito de revelar una arista íntima de la vida familiar entre Amalia e Ignacio, se debe a la pluma de Aurelia Castillo de González, quien, en 1912, publica el breve texto Ignacio Agramonte en la vida privada, donde por primera vez se conocen 13 cartas de Ignacio a Amalia, que fueron expuestas respetando el formato y ortografía original.

En 1924, su nieto Eugenio Betancourt Agramonte, reproduce en su totalidad 99 epístolas en la obra Ignacio Agramonte y la Revolución Cubana. Años más tarde varios investigadores asumen estas referencias, sin aportar ninguna carta nueva, hasta que 1972, Mary Cruz, en el texto que prepara para el centenario de la caída en combate de Agramonte, incluye dos cartas inéditas.

Por otra parte, en el 2008, el libro Para no separarnos nunca más. Cartas de Ignacio Agramonte a Amalia Simoni, de los autores Elda Cento Gómez, Roberto Pérez Rivero y José María Camero, incorporan la documentación de siete nuevas correspondencias entre abril de 1869 y enero de 1870, extraída de la Biblioteca de la Real Academia Española de la Historia, aportada gentilmente por el arqueólogo español Francisco Javier Navarro Chueca.

Hoy salvaguardan este tesoro los museos Casa Natal de El Mayor, Quinta Simoni y el Museo Provincial Ignacio Agramonte donde se encuentra el principal número de cartas que llegaron a la institución desde la década de 1940.

Referencias

– Elda Cento Gómez, Roberto Pérez Rivero y José María Camero (208). Para no separarnos nunca más. Cartas de Ignacio Agramonte a Amalia Simoni.

– Eugenio Betancourt Agramonte (1924). Ignacio Agramonte y la Revolución Cubana.

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