Huracán Flora, una tormenta que no se olvida en Cuba

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En algunos lugares de la ciudad de Camagüey se unió el rio Tínima con el Hatibonico, el agua desbordada llegó hasta el teatro Alkazar por el este, a la calle Pobre por el norte, la calle Damas en el oeste y por el sur casi hasta el reparto La Yaba
Huracán Flora, una tormenta que no se olvida en Cuba
Fotos: Internet

Por Luis Varcasia Era/Colaborador

Octubre, 2024.- El 1ro de octubre de 1963 la radio anunciaba una tormenta en el mar Caribe, los pronósticos no eran como los de hoy, entonces el país no contaba con tecnología y estaciones suficientes para seguir y evaluar con amplitud los fenómenos meteorológicos.

El día 4 entraba el ciclón Flora (1) por la región de Guantánamo -de la entonces provincia de Oriente-, las lluvias superaban la intensidad de los vientos.

Los ríos salieron de sus cauces y con gran rapidez alcanzaron alturas impredecibles. Hubo que evacuar a las familias a lugares altos, pedir ayuda a los helicópteros, tanques anfibios y embarcaciones que las Fuerzas Armadas Revolucionarias pusieron a plena disposición, salvando gran cantidad de vidas. Por varios lugares de Oriente el huracán pasó más de una vez. Se formaron varios lazos.

Fidel, Raúl, Almeida y los principales dirigentes de la Revolución se pusieron al frente de las operaciones de salvamento en la provincia de Oriente y Camagüey.

En la región del Cauto, se unió la costa norte con la del sur. Desde arriba se veían cientos de miles de animales muertos, siembras anegadas, viviendas destrozadas, caminos, carreteras y vías férreas desprendidas por completo.

Pasaron varios días de alerta y trabajo constante, Fue una de las grandes muestras de solidaridad ofrecida por el pueblo, no solo de las provincias desbastadas, sino de toda la isla, que de inmediato comenzaron a enviar a las zonas afectadas: alimentos, ropas, zapatos y lo imprescindible para ayudar a las familias que perdieron sus pertenencias.

El cataclismo del ciclón Flora

Huracán Flora, una tormenta que no se olvida en Cuba

Si rápida fue la reacción ante el fenómeno, rápida fue la recuperación. Los gobiernos locales comenzaron hacer un censo de todas las familias damnificadas, apoyaron campañas de vacunación, servicios médicos y la construcción de viviendas temporales.

Muchas familias quedaron albergadas en casas de vecinos y personas con viviendas de alguna capacidad que no tuvieron reparo, en compartir: techos, comida, camas, incluso por varios meses.

“Reconstruiremos todo lo destruido y haremos mucho más”, afirmaba Fidel haciendo un resumen al pueblo de la situación vivida.

En un llamamiento hecho por la Dirección Nacional de los Comités de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas el 22 de octubre de 1963 se planteaba:

“La estela de desolación y muerte dejada al paso del huracán por las regiones orientales es de todos conocida, pero ahora tenemos que enfrentarnos a las tareas de reparar los daños, y crear las condiciones técnicas que permitan un índice de seguridad futura a nuestros hermanos”.

Más adelante el mensaje anunciaba que en cada comunidad de todo el país, efectuarían asambleas para aprobar las medidas económicas, que el Partido Comunista de Cuba y el Gobierno revolucionario habían tomado para recaudar fondos con vistas a la reconstrucción de las provincias orientales principalmente para financiar el Plan Hidráulico.

Las medidas que fueron ampliamente aprobadas por todo el pueblo organizado era un pequeño aumento de los precios de algunos productos no básicos y la reducción de la cuota de azúcar doméstica por un año.

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Con este pequeño sacrificio el país pudo garantizar, en poco tiempo, la construcción de presas, canales y otras obras que aliviaron las grandes inundaciones. Desde aquel momento las fuertes lluvias, lejos de una desgracia, se convirtieron en una poderosa reserva para regar caballerías de tierras en tiempo de sequía.

De esta forma las fuerzas de la naturaleza se convirtieron, en pocos años, en una experiencia a favor de la prevención de futuras catástrofes. Se creó la Defensa Civil con el apoyo de la población. Se ampliaron las estaciones meteorológicas en todo el país y se hizo una revolución hidráulica que no solo alivió las grandes inundaciones, sino que se preservó agua para periodos secos.

En algunos lugares de la ciudad de Camagüey se unió el rio Tínima con el Hatibonico, el agua desbordada llegó hasta el teatro Alkazar por el este, a la calle Pobre por el norte, la calle Damas en el oeste y por el sur casi hasta el reparto La Yaba.

En las zonas rurales del hoy municipio de Camagüey se perdieron gran cantidad de cabezas de ganado de todo tipo, sembrados, viviendas, almacenes; faltó el fluido eléctrico por varios días.

Los repartos pegados a los ríos y arroyos fueron prácticamente arrasados, al igual que la zona comercial; mostradores sacados de las tiendas, derrumbes.

De las provincias occidentales llegaron alimentos enlatados, leche, ropas y zapatos, colchones, mantas y artículos para los niños donados por las personas y organismos del Estado.

De inmediato el país se propuso un plan de construcción de viviendas. La Unión Soviética y los países socialistas donaron plantas para casas pre fabricadas, herramientas, equipos agrícolas. Cuba desarrolló la construcción de presas y micro presas con capacidad para almacenar el agua equivalente a tres ciclones Flora.

Ya en noviembre las zonas afectadas pasaron a la normalidad, se procedió a la entrega de la tarjeta para el control de los abastecimientos que a partir de enero de 1964 le garantizó a cada núcleo familiar cuotas de víveres, viandas, leche para los niños y carne, además de las dietas médicas.

Cuba no recuerda catástrofe tan intensa después del 1ro de enero de 1959. Qué hubiera sido de los camagüeyanos y orientales sino hubiera existido una Revolución socialista, algo peor a lo acontecido en Santa Cruz del Sur en 1932.

(1) En realidad fue un huracán categoría 2 de la actual escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos estimados de 165 kilómetros por hora, pero en 1963 se le considero ciclón.

Fuentes consultadas: Periódicos de la época.

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