Rosa Úrsula González Pulido es fundadora del PCC, de los Órganos Locales del Poder Popular y de las Escuelas del Partido; viajó a varios países socialistas como integrante de la mayor organización de masas de la isla
Septiembre, 2024.- Nació en Tamarindo, un hermoso poblado al norte de la actual provincia Ciego de Ávila, su madre canaria y padre natural de Galicia. Desde muy joven trabajó como doméstica, pero la Revolución la hizo saltar rápido al torrente de luchas en el Movimiento 26 de julio.
Después del triunfo del 1ro de enero de 1959 en la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) alfabetizó, aceptó ser educadora de los primeros círculos infantiles, marchó con las Milicias Nacionales Revolucionarias, estuvo en el desmonte del “gallo de Morón” y quince años después fue promotora de su valor cultural.
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Asistió en Ciro Redondo a un acto donde habló el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la entrega de casas a campesinos del lugar, lo vio lejos pero lo sintió muy cerca de su mente.
Miguel Cano, reportero en Camagüey del Canal 6 de la televisión, me contaba que un día tuvo que subir a la torre de un central para filmar a una mujer soldadora, esa era Rosa.
Con sexto grado fue seleccionada como profesora de las primeras Escuelas Básicas de Instrucción Revolucionaria (EBIR) y luego en la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), donde llegó a dirigir a instancia de la provincia de Camagüey.
Durante la zafra de 1970 había necesidad de integrar directivos en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y allí se desempeñó como educadora en tiempo de “seguimiento” y luego en la batalla para alcanzar el sexto grado. Su labor fue tan brillante que la promueven a segunda y luego a Coordinadora de la organización en el territorio, fue la primera mujer en ostentar este cargo.
Educadora de cargo y de alma, Rosa Úrsula -a pesar del machismo reinante en la época- demostró sobradas capacidades, todos la aceptamos por su dinamismo, proyección y confianza en los jóvenes; las tareas más difíciles se le encargaban y lo lograba todo.
Un día detuvo por un instante la salida de un avión. Lázaro Vázquez, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Camagüey, le encomendó la limpieza de obstáculos en los campos de caña que serían penetrados por las nuevas cortadoras mecánicas.
Terminada las zafras no había tarea más importante que el San Juan, garantizar el ajiaco en cada barrio y las calles adornadas, que llegaron a ser cien diarias en la ciudad capital.
En 1972 la mortalidad infantil en Camagüey estuvo al 39 por ciento de fallecidos por cada mil niños nacidos vivos, dos años después bajo a 29 gracias a un control que se estableció en cada CDR de todas las embarazadas y recién nacidos.
No había artista, deportistas o personalidad que llegara a la provincia que ella no atendiera, los llevaba a las comunidades a compenetrarse con el pueblo. Cuando Eusebio Leal era el director del Museo de La Habana ella lo invitó a dar una audiencia en la Plaza San Juan de Dios sobre protección de la identidad edificada.
Después de filmar En silencio ha tenido que ser alojó a Sergio Corrieri en la casa de visita de la organización. Ernesto Vera, presidente entonces de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), se sorprendió cuando Rosa le celebró su cumpleaños número 70.
Recibió con todos los honores a la tres veces campeona olímpica Mireya Luis, despidió a Miguel Cuevas en su retiro atlético y apadrinó a cuanto equipo de béisbol, boxeo y otros deportes que destacaban en la región, fundamentalmente aquellos torneos que se organizaban en los barrios.
A su regreso de Venezuela preparó el recibimiento al entonces Conjunto Son 14 (1).
Promovió una Semana de la Cultura Camagüeyana en La Habana, donde hubo un ajiaco en plena calle 23 y celebró el último cumpleaños de Nicolás Guillen en su tierra natal.
Fue la primea en recibir en su barrio a Fernando Alonso, dio merecido lugar a Felicita Ortiz, Dioscórides del Pino y otras figuras que por diferentes razones eran poco reconocidas. Se preocupó y ocupó de la vida de sus funcionarios y hasta del trabajador más simple.
Cuando alguien culpó a los CDR del maltrato a una persona que se iba del país en los años 80 ella, con mucha valentía, argumentó que eso era imposible, que el Comité era una gran familia donde se protegían unos a otros de cualquier injusticia y ningún afiliado era capaz de maltratar a otro, aunque fuera un enemigo.
Contribuyó personalmente a hacer de esta provincia un jardín de los años 74 al 77 del pasado siglo, siendo las ciudades y pueblos uno de los más limpios del país; esta acción la hizo de forma que las personas conscientemente se motivaran con el propósito.
En una ocasión una compañera caminando por una acera estrecha de la urbe principeña se fracturó un hueso al tropezar con una de las jardineras que atravesaba la vía, ella de inmediato orientó analizar el plan y adaptarlo a las condiciones de cada lugar y el resultado fue hacer las jardineras colgantes en las ventanas o balcones.
Declaró al programa radial Zafra musical como un municipio más de la provincia, se contentaba como todos los días salieran “los gloriosos” en las páginas de los periódicos, revistas y otros medios de comunicación.
Fue la primera en graduarse en la universidad para luego exigir que los demás lo lograran.
Rosa Úrsula González Pulido es fundadora del PCC, de los Órganos Locales del Poder Popular y de las Escuelas del Partido; viajó a varios países socialistas como integrante de la mayor organización de masas de la isla. También participó en varios congresos y eventos del Partido, los CDR, la CTC, de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS) y la Unión de Juristas de Cuba.
Recibió reconocimientos de la Sociedad Cultural José Martí, de la Asociación de Economistas de Cuba y Premio Imagen por la obra de la vida que otorga la ACCS, además de la condición de Heroína del Barrio que otorgaron los CDR y la Unión de Jóvenes Comunistas.
Por Luis Varcasia Era/Colaborador
1. La actividad no se efectuó porque el hijo de Rosa enfermó de gravedad. El Conjunto Son 14 regreso de su primera gira exitosa por Venezuela y a partir de allí redobló su fama en el pueblo.