Por Luis Varcasia Era/Colaborador
Septiembre, 2024.- El noveno mes de cada año es para algunos el más propenso si de fenómenos atmosféricos se trata.
El mismo año en que se crearon los Comités de Defensa de la Revolución afectó las Antillas mayores Donna, que después del 7 de septiembre siguió de largo por la costa norte dejándonos marejadas y fuertes lluvias en el litoral de los territorios de Oriente, Camagüey y Las Villas.
El propio 28 fuertes lluvias azotaron el occidente cubano. Desde temprano en La Habana los aguaceros no cesaron, en el momento que el avión soviético T-U 114 tocaba la pista del aeropuerto de Rancho Boyeros, donde Fidel y su comitiva regresaban de la sede de la ONU en Nueva York, el pueblo de la capital del país que se trasladó para recibir a su máximo líder se empapó como preludio de otro gran huracán.
El 31 de septiembre de 1966 entre Santiago de Cuba y Guantánamo, en dirección al oeste y ya sobre tierra por todo el oriente del país, Inés salió al Golfo de Guacanayabo para continuar muy cerca de la costa sur agramontina para tocar tierra de nuevo por Casilda, haciendo un ruta errática parecida al muy recordado ciclón Flora.
En septiembre de 1976 fue el turno de Frederic, caracterizado por abundantes lluvias cruzó de este a oeste las provincias orientales donde causó inundaciones.
Según el cronista camagüeyano Eduardo Labrada, George azotó en 1986. Procedente del Caribe penetró el día 23 por el extremo este de Guantánamo en ruta hacia Holguín, de donde continuó por todo el norte de las provincias de Las Tunas, Camagüey y Ciego de Ávila para salir al mar por la zona de Cayo Coco.
Pero el ciclón más relacionado con la organización de masas fue uno que amenazó la región occidental cubana en los momentos que se desarrollaba el 5to Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución, entre el 26 y el 28 de septiembre de 1998.
Cuentan que el diseñador gráfico que propuso el emblema del cónclave dijo que su proyecto lo había conceptualizado a partir de que los
CDR son como los huracanes, en movimiento constante, y para darle la razón se le materializó su pensamiento en esa oportunidad.
En el actual milenio septiembre parece muy activo también, el 20 de septiembre de 2002 el Isidore, Rita en 2005, el 14 de septiembre de 2004, un categoría 4, Iván; y con esa misma intensidad el Ike del, 7 al 9 de septiembre de 2008.
La temporada del 2008 hizo reconsiderar muchas teorías meteorológicas sobre las influencias que el cambio climático podría generar en estos fenómenos al incrementar su presencia, organización, trayectoria e intensidad.
Al respecto el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz expresó: “A veces se han hecho cálculos y no se ha contado con los ciclones. Y nosotros tenemos que hacer cálculos contando con uno, con dos y con tres ciclones. Tenemos que acostumbrarnos a tener en cuenta no solo factores previsibles, sino también factores imprevisibles».
Septiembre es uno de los meses más lluviosos en Cuba, la influencia del anticiclón del Atlántico disminuye considerablemente con respecto a julio y agosto, lo que -unido al paso frecuente de las ondas y las bajas tropicales- propicia el incremento de las precipitaciones.
El noveno mes del año es también el mes de mayor frecuencia en la formación de ciclones tropicales en la región, por lo que se incrementa de forma notable la actividad ciclónica sobre Cuba con respecto a agosto (aunque la frecuencia de los huracanes que afectan en este mes es algo inferior a octubre).
Hace días comenzó septiembre y todavía ninguna tormenta afecta el territorio nacional hasta el momento; mientras buenos aguaceros benefician los embalses y las siembras, pero hay que estar preparados porque en época de Huracanes sólo la prevención y accionar conjunto son la garantía para salvaguardar las vidas de la población y los recursos económicos.
