Hoy el tribunal tiene muchos retos pero con sus juristas dando el paso al frente está garantizada la caballería de Agramonte
Por Laura Marian Bacallao Padrón/Colaboradora
Camagüey, Cuba, 8 jun.- Para Yania Chávez Pérez de Corcho cada 8 de junio significa una jornada especial desde hace varios años; desde que comenzó los estudios superiores hasta hoy, que se desempeña como vicepresidenta del Tribunal Municipal Popular de Camagüey, celebra en esta fecha el Día del Jurista Cubano.
Fue el 8 de junio de 1865 cuando el joven Ignacio Agramonte Loynaz defendió su tesis para licenciarse de la Facultad de Derecho.
Sobre la celebración y los retos y compromisos a los que están llamados los juristas camagüeyanos comenta.
«Lo primero es tener esa consagración como profesionales, es decir, responsabilidad ante la tarea que tenemos pues estamos impartiendo justicia. No solo somos los jueces, somos todos los trabajadores del sector jurídico desde sus funciones: los notarios, los abogados, los fiscales, los trabajadores del registro de la propiedad, del registro civil, etc.; todos tienen tareas importantes y retos al que nos enfrentamos con gran compromiso y sentido de pertenencia. Garantizamos los derechos ciudadanos, brindamos respuestas certeras como servidores públicos y con garantía dentro del término establecido con la mayor exactitud.
Ni los mayores retos diarios de la compleja situación actual detienen la actividad del sector en todos los sentidos: asumimos las novedades de la reforma procesal sustantiva y judicial que vive el país. Eso nos obliga a estudiar cada día, a prepararnos, pues sucede que cada caso es complejo porque antes ya conocíamos las normas pero muchas novedades que se introducen llevan a asumir con preparación la tarea de impartir justicia. Un ejemplo claro es el Código de las Familias: cada día la población está allí con muchos conflictos en todas las materias”.
Otro de los retos enfrentado es educar a la población en el conocimiento de todas las normativas puestas en práctica en la actualidad. ¿Cómo lo asume el Tribunal en el territorio?
“Estamos en constante divulgación en los medios de comunicación pero aún no es suficiente, es necesario explicar a la población en qué consiste un tema específico: la reforma procesal en el Código de los Procesos, que se uniformó para todas las materias; el Código Penal, de las personas que extinguen en libertad, el Código de la Familia, etc. Todavía nos falta mucho por hacer para preparar a la población y que tengan una mayor cultura jurídica. Puertas adentro hacemos algunos espacios, a través del programa Hacemos Cuba, la presencia en televisión de juicios que sean de impacto social para que la población conozca cuál es la sanción y cómo se cumplen todas las garantías en el juicio oral. Igualmente, todos los juicios son públicos, solo son privados aquellos que involucren privacidad de la víctima, por ejemplo, un delito de violación, el resto de los juicios son públicos.
Igualmente tenemos instituido un departamento de atención a la población en todos los tribunales del país, allí hay un juez encargado de darle respuesta a todas las personas que están interesadas en conocer sobre un tema, una inquietud o incluso una queja sobre algún mal funcionamiento del trabajo de un juez. Nos falta mucho todavía, tenemos que divulgar y educar más”.
El país libra actualmente una batalla campal contra las ilegalidades, la corrupción, las posturas que no van contra los valores que como nación defendemos. ¿Cómo se inserta el Sistema de Tribunales y los juristas cubanos a este llamado de país?
“Nos mantenemos intransigentes en posturas de este tipo: tolerancia cero a las drogas, a la violencia de género; formamos parte del grupo de prevención existente en cada provincia. Este grupo de prevención contra el enfrentamiento al delito y a las ilegalidades tiene un funcionamiento estable todas las semanas, rinde informes allí al Gobierno provincial sobre qué es lo que está aconteciendo. Por ejemplo, allí se informan todas las ocupaciones ilegales de vivienda, existe todo un protocolo donde participa directamente el tribunal junto a la Fiscalía y la Policía Nacional Revolucionaria.
Enfrentamos el delito desde el posicionamiento en las comunidades, en los puestos de trabajo con todas las personas que nos rodean, las familias primeramente, las escuelas; es una batalla campal para evitar que se multipliquen las ilegalidades.
También se ve el rigor de las sentencias, el control, influencia y tratamiento que se da a las personas que tienen sanción en libertad, donde los jueces asistentes de ejecución tienen un trabajo sostenido a las personas que estén insertadas en el trabajo. Recientemente se realizó el ejercicio del juez de ejecución y ciertamente allí al 100% se verificaron a los sancionados que hay en la provincia, se verificó que estuvieran insertados y que se les diera un tratamiento adecuado en esas instituciones y centros de trabajo bajo el principio de su reinserción en la sociedad».
Hoy el tribunal tiene muchos retos pero con sus juristas dando el paso al frente está garantizada la caballería de Agramonte. Honrar el legado de El Mayor a la hora de impartir justicia en la sociedad cubana será la principal convicción.