Por María del Carmen Pontón Guillemí/Colaboradora
Noviembre, 2022.- Evocamos hoy el sexto aniversario del momento más luctuoso vivido por el pueblo cubano: la desaparición física del líder histórico e indiscutible de la Revolución.
Meses antes el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz había expresado:
“Pronto deberé cumplir noventa años, nunca se me había ocurrido tal idea y nunca fue fruto de un esfuerzo, fue capricho del azar. Pronto seré ya como todos los demás, a todos nos llegará nuestro turno, pero quedarán las ideas de los comunistas cubanos (…) como prueba de que, en este planeta, si se trabaja con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que los seres humanos necesitan. (…) y debemos luchar sin tregua para obtenerlos”.
Millones de personas en multitudinaria y sentida concentración le rindieron homenaje en la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana y en el resto del país, comprometiéndose a continuar su obra. En reedición de la Caravana de La Libertad, en sentido inverso, salió rumbo a Santiago de Cuba una tropa con las cenizas de Fidel dentro de un pequeño féretro de cedro para descansar en un nicho en forma de roca en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia.
Fiel a la ética martiana de que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz” el líder de la Revolución rechazaba cualquier manifestación de culto a la personalidad.
Viva expresión de lo que fue su vida: una constante permanencia a los principios, sin embargo, en coyunturales momentos supo alertar que “o convencemos nosotros o lo hace el enemigo”.
Y en ese convencimiento esclareció:
“Cambiamos ciertas tesis, seguimos leales a nuestros principios”.
Hoy más que nunca en la aplicación de estas ideas va el sostenimiento y futuro del socialismo en Cuba.
