Por María del Carmen Pontón Guillemí/Colaboradora
Noviembre, 2022.- El año 1959 resultó decisivo para el movimiento obrero cubano, al tener lugar un importante proceso de transformaciones encaminado a la liquidación total de cualquier tipo de tendencia mujalista, reaccionaria y antidemocrática dentro de la dirigencia sindical, y a propiciar el apoyo de los trabajadores a la Revolución victoriosa.
Así fue convocado el X Congreso Nacional Obrero entre los días del 16 al 21 de noviembre, presidido por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
“(…) toda la energía que tenemos la necesitamos para defendernos, porque los enemigos son muy poderosos y recuerden esto que nos enseña la historia: que estos procesos revolucionarios no tienen términos medios, y que o triunfan plenamente o son derrotados; que la historia enseña que se pasa de la extrema revolución a la extrema reacción, y que, desde luego, entre los derrotados, tengan la seguridad de que a nosotros no nos contarán; nos podrán contar entre los muertos, pero nunca entre los derrotados”.
El X Nacional Congreso Obrero fue el primero dentro de la Revolución, momento en el cual Fidel hizo un firme llamado a la unidad, a la defensa del triunfo conseguido para impedir que la victoria fuera escamoteada mediante el intento de golpe de Estado y a defender los derechos de los trabajadores, como también a cualquier medida que afectara los intereses de las grandes masas.
Hoy -más que nunca- ese llamado cobra total vigencia, cuando el espíritu unitario, democrático y revolucionario debe caracterizar al movimiento sindical en Camagüey y en toda la geografía.
Así como la decisión de defender y consolidar las conquistas de la Revolución, impulsar el desarrollo económico del país y elevar el nivel de vida de la población… premisas para el diario accionar de la Central de Trabajadores de Cuba en cualquiera de sus estructuras.
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