Cuando el amor engendra la maravilla (+ Podcast)

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Octubre, 2022.- En la esquina de las calles San Esteban y Palma de la ciudad cubana de Camagüey se multiplica la maravilla, allí enseñar es una tarea de amor que transcurre entre los pitos de los carros y los cascos de los caballos al pasar con personas que vienen o van hacia la terminal de trenes.

La escuela especial Manuel Ascunce Domenech tiene muchos encantos, desde la cercanía que transmite el inmueble, que en los primeros años fue una vivienda familiar, hasta el cariño que muestran en cada acción quienes allí trabajan, desde quienes educan en las aulas hasta el personal encargado de preparar los alimentos.

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Cecilia Nuñez Mendilut tiene 42 años de experiencias como profesora y muchas más canas en la corta cabellera, dice que luego del próximo curso llegó la hora de la jubilación, y mientras rememora la entrega con la que siempre se ha conducido como formadora de infantes con necesidades educativas especiales.

La maestra Cecilia me permite entrar al aula, ver a los muchachos y muchachas que se despedirán junto a ella de la escuela. En esa hora de la mañana realizan manualidades, para hacer valer la idea martiana de que sólo el amor engendra la maravilla.

La profe Maribel Serrano Bernard está al frente del plantel de 48 personas, entre docentes y personal de servicios, colectivo que redobla los esfuerzos para obtener la mayor calidad en la formación de los 77 estudiantes, incluso a varios de ellos los atienden en las propias viviendas.

Maribel tiene un retrato del Apóstol de la Independencia de Cuba detrás del escritorio, muchos detalles decoran la oficina, imagino que sean frutos de manos especiales que han visto florecer por años las aulas de la Manuel Ascunce Domenech.

Entonces llega la corriente y a los sonidos citadinos que marcan la realidad de la escuela especial Manuel Ascunce Domenech se suma la posibilidad de ver animados y otros materiales didácticos que contribuyen a la formación del alumnado.

Me despido del colectivo, aunque el alma quisiera un poco más del amor que flota en el ambiente, de la alegría que sale de la pantalla de una de las aulas en las que disfrutan de la película infantil Encanto.

Y cuando empieza a alejarse la esquina de las calles San Esteban y Palma en el centro histórico de Camagüey, que la mente comienza a procesar los últimos instantes, prima la idea de cuánto daño causa a las familias la política extraterritorial que por más de sesenta años mantiene el gobierno de Estados Unidos contra Cuba.

Una razón de peso para que el mundo vuelva a condenar este noviembre una inhumana medida que limita la vida de los cubanos en todos los ámbitos, pero que jamás nos frena.

Texto y fotos: Diosmel Galano Oliver/Radio Camagüey