Oda a la vedette negra de Cuba (+ Canciones)

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Por Verónica Fernández Díaz

Octubre, 2022.- El 3 de octubre de 1916, hace ya 106 años, nació en el central Senado, hoy Noel Fernández, Candita Batista Batista. Fue nieta de arará, lucumí y criolla; de quienes aprendió las labores del hogar y también descubrió muy temprano su vocación hacia el canto. Su madre Abelina poseía una timbrada voz, que lucía en reuniones familiares, interpretando los mejores temas de la canción trovadoresca. Ella fue su fuente de inspiración, tanto en la interpretación de la música tradicional, como folclórica cubana.

Candita, sus primeros pasos

Se inició en el mundo del espectáculo en 1932, con galas efectuadas en la Sociedad Victoria. Fue una de las primeras mujeres que se incorporó como cantante, acompañada por orquestas de la ciudad; entre ellas, la Orquesta Especial, bajo la dirección de Víctor Agüero Boza, con quien más tarde contrajo matrimonio. Luego, se trasladó a La Habana e incursionó en el teatro con la compañía de Paco Alfonso y la revista teatral Yururi Ñañan. En 1941 se convierte en la figura principal de la compañía Ratamu, del Teatro Martí, una de las primeras agrupaciones artísticas del género afrocubano.

Consagración como vedette

A partir de entonces comienzan sus presentaciones en escenarios del varias partes del mundo: México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y Colombia. A estas, en 1949, siguieron diversas ciudades europeas: España, Portugal, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Alemania Federal -donde trabajó en el filme Mi tía Susana, junto a figuras relevantes del cine europeo-. También actuó en escenarios de Norteamérica y África del Norte, Italia, Suiza, Marruecos y Canarias; acompañada de su segundo esposo, Rubén Amat, músico y compositor que influyó notablemente en su carrera.

En estos escenarios compartió con notables músicos de reconocimiento internacional, entre ellos, Nat King Cole, Artie Show, Dizzy Gillespie, Juan García Medeles, Augusto Alguero, quien compuso para ella Madre negra; y Estrellita Castro, con quien realizó giras por todas las provincias de España durante un año. También compartió la escena con Maurice Chevalier, La Mistinget, Josephine Baker y Charles Aznavour, en el teatro Olimpia de París.

Su más famosa interpretación

Estableció residencia durante 12 años en la ciudad española de Barcelona, donde adquiere los apelativos de «La vedette de color» y «La negra afrocubana». Su éxito cumbre lo alcanzó con una versión de la canción Angelitos negros, de los autores venezolanos Andrés Eloy Blanco y Manuel Álvarez, a quienes conoció personalmente en España. En aquel país se convirtió en artista de exclusividad para la firma discográfica Colombia.

Su interpretación de Angelitos negros difiere de la realizada por Antonio Machín, en que la orquestación de Machín se mantiene dentro de los cánones de la canción romántica, mientras la interpretación de Candita enfatiza el componente afro al escoger el tango congo, como forma musical para la instrumentación.

Regreso a la patria

Regresó a Cuba a inicios de la Revolución y se mantiene activa en la radio, televisión, teatros y cabarés; junto a grandes figuras cubanas. Por estos años logró también grabar su primer disco de larga duración Pregones cubanos (LD-3129 Egrem), bajo la dirección de Eulogio Yayo Casteleiro, LD que tuvo amplia demanda tanto nacional como internacional.

En la década del 70 se estableció nuevamente en Camagüey, en un inicio con menor incidencia debido a la muerte de su esposo Rubén Amat. No obstante, el 3 de octubre de 1986, a iniciativa de su vecino Fernando Bastián, funda junto al trovador Filo Torres “El rincón de Candita y Filo”. Esta peña, como señaló su fiel amigo y también cantante Servando Vázquez, tuvo la suerte de ser visitada por “todas las personalidades de este país… (y también por)…gente humilde de Colombia y Venezuela… que han venido y llegan”.

En 2001 Servando Vázquez fundó el grupo Mokekeré, junto al cual Candita Batista se presentó en la Casa de la Trova y como figura principal en la Gala del Premio Internacional de Interpretación y Composición, realizada en el Teatro Amadeo Roldán en 1999. También en la Gala Nacional en Homenaje a Rita Montaner, en 2002 y en el Festival Internacional Boleros de Oro del propio año, como invitada especial. Su vida artística ha motivado a más de un realizador audiovisual. Por su trayectoria artística fue merecedora de las distinciones «Espejo de Paciencia» e «Hija Ilustre de la Ciudad de Camagüey». Obtuvo además la Medalla por la Cultura Nacional, el Diploma del Decano de la Universidad de Camagüey y una nominación para el Premio Nacional de la Música en 2001.

(Tomado del sitio web de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey)

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