Cuando Fidel Castro ratificó en Vietnam el apoyo de Cuba

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La Habana, Cuba, 12 sep.- En plena guerra sin cuartel por su liberación, Vietnam recibió al máximo líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, el 12 de septiembre de 1973 para reafirmar la solidaridad de la isla con esa nación indochina.

Su presencia en Vietnam del Sur, con lo cual Fidel se convirtió en el primer político esxtranjero en llegar hasta la zona de combates contra los agresores estadounidenses, constituyó un hecho audaz y sin precedentes.

Además, la demostración inequívoca de ese respaldo, que el líder cubano selló con una frase: “Por Vietnam estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre”.

La visita se prolongó del 12 al 17 de septiembre y con ella Fidel Castro asumió el peligro que suponía cruzar el Paralelo 17, la línea imaginaria que entonces dividía en dos a Vietnam.

El propio Comandante rememoró aquella experiencia en una de sus conocidas Reflexiones, años después.

“Allí me visitó Pham Van Dong, entonces Primer Ministro, que lloraba al recordar los sacrificios humanos y materiales impuestos a su país; de allí partí a visitar el Sur, todavía no totalmente liberado, hasta la Línea McNamara, donde los fortines de acero habían sido tomados por los combatientes vietnamitas, a pesar de los bombardeos y los incesantes ataques aéreos de Estados Unidos.

“Los puentes, sin excepción, a lo largo del trayecto, visibles desde el aire entre Hanoi y el Sur, estaban efectivamente destruidos; las aldeas, arrasadas, y todos los días las granadas de las bombas de racimo lanzadas con ese fin, estallaban en los campos de arroz donde niños, mujeres e incluso ancianos de avanzada edad laboraban produciendo alimentos.

“Un gran número de cráteres se observaban en cada una de las entradas de los puentes. No existían entonces las bombas guiadas por láser, mucho más precisas. Tuve que insistir para hacer aquel recorrido. Los vietnamitas temían que fuese víctima de alguna aventura yanqui si conocían de mi presencia en aquella zona. Pham Van Dong me acompañó todo el tiempo.

“Sobrevolamos la provincia de Nghe-An, donde nació Ho Chi Minh. En esa provincia y la de Ha Tinh murieron de hambre en 1945, el último año de la Segunda Guerra Mundial, dos millones de vietnamitas. Aterrizamos en Dong Hoi. Sobre la provincia donde radica esa ciudad destruida se lanzaron un millón de bombas. Cruzamos en balsa el Nhat Le. Visitamos un puesto de asistencia a los heridos de Quang Tri. Vimos numerosos tanques M-48 capturados. Recorrimos caminos de madera en la que un día fue la Ruta Nacional destrozada por las bombas.

“Nos reunimos con jóvenes soldados vietnamitas que se llenaron de gloria en la batalla de Quang Tri. Serenos, resueltos, curtidos por el sol y la guerra (…) No se sabe cómo pudieron resistir tantas bombas. Eran dignos de admiración”.

Fidel Castro también visitó Vietnam en 1995 y 2003, como confirmación de que la amistad entre los dos pueblos, sellada en aquella histórica estancia del lejano 1973, se mantenía sin fisuras, tal como en el presente, según lo reiteran las autoridades de ambos países.

(Prensa Latina)